El Gobierno kirchnerista se ve cada vez más acorralado por la realidad. El director del INDEC, el economista Marco Lavagna, confirmó que la institución relevó un aumento mensual del 7% sobre el promedio de los precios minoristas para la primera quincena de enero.
Se trata de la variación acumulada entre los primeros quince días de diciembre de 2022 y el mismo período para el primer mes del año corriente. Para la Casa Rosada este informe preliminar provocó una situación de pánico y encendió todas las alarmas.
El ministro de Economía Sergio Massa accedió al informe en secreto antes de darse a conocer al público el lunes por la noche, y rápidamente anunció un programa de recompra de deuda externa para tranquilizar a los mercados e intervenir los dólares paralelos legales.
La resolución obliga al Banco Central a emplear reservas para la compra de los títulos rescatados en nombre del Tesoro, y con el visto bueno del Fondo Monetario tras el estallido de la corrida cambiaria.
Si la variación persiste para el término de mes, el objetivo de 4% de inflación mensual para el primer trimestre podría verse completamente opacado, el Plan Massa se derrumbaría y las expectativas inflacionarias volverían a desbordarse como lo hicieron en julio del año pasado.
El “acuerdo” de precios con empresarios, los controles tarifarios y el lanzamiento del programa Precios Justos, así como la fiscalización por grupos parapoliciales de sindicalistas, fueron medidas que demostraron ser completamente inútiles a la hora de abordar la dinámica inflacionaria.
En este contexto, el dólar paralelo alcanzó su máximo histórico en los $378 en la jornada del día martes, la brecha cambiaria opera en niveles cercanos al 95% con respecto al cambio oficial, y se genera una fuerte presión para la salida de reservas internacionales del Central para financiar las transacciones del comercio exterior.
Si el Gobierno decidiera profundizar los controles de precios sobre un rebrote inflacionario de las características que sugiere el INDEC, el desabastecimiento de bienes en góndolas sin lugar a dudas significaría un tope natural para la efectividad de las medidas. El equipo de Massa se queda sin herramientas para operar dentro de la heterodoxia de la economía.
De hecho, sólo en el primer mes de lanzamiento de Precios Justos, el Gobierno reconoció faltantes de hasta el 25% sobre los bienes alcanzados por las regulaciones. La iniciativa se desplegó el 11 de noviembre del año pasado, y la inflación mensual sólo retrocedió un punto porcentual con respecto a octubre.
Sin una mayor consolidación de las finanzas públicas (mayor a la tenue exigencia del FMI) y sin un mejor control de la oferta monetaria, la economía corre el riesgo de reproducir el episodio de inestabilidad que se observó a mediados del año pasado.